Nunca podemos afirmar de si la realidad en la que vivimos es cierta, o si es tal cual la vemos, ya que algunas veces nuestros sentidos o la percepción que nos permite tener nuestra sensibilidad sobre el exterior es cierta o no, porque a veces inconscientemente esta nos traiciona.
Para poder hablar con propiedad primero debemos saber que es la percepción, según la RAE el concepto de percepción es la acción y efecto de percibir, y esta puede conllevar una serie de consecuencias o fallos, como los trastornos perceptivos (alucinación, alucinosis, pareidolia e ilusiones), estos cuatro trastornos es la incapacidad de identificar algunos estímulos aunque ese sujeto esté en su sano juicio. Algunos de estos fallos perceptivos se pueden reconocer su falsedad. A parte de todo esto también se puede relacionar con los falsos recuerdos que es la invención involuntaria de un recuerdo que nunca ha sucedido, y que ocurre a todo ser, y estos están formados a través de nuestros sesgos y creencias. Pero entonces, si nuestra realidad está distorsionada, ¿podemos fiarnos de ella?
Realmente esta pregunta es difícil de responder, ya que cada uno percibe la realidad a su manera, dependiendo de tu personalidad o fisiología, la pregunta más fácil puede ser que no podemos creer en ella, sin embargo si esto fuera cierto ¿viviríamos tranquilos? Si uno no puede serle fiel a su mente ya que no puede asegurar que lo que ve es real, no estaría tranquilo sino todo lo contrarío, no podría hacer vida normal. Por ende, aunque no todo lo que percibamos sea al cien por cien verdad, deberíamos dejar nuestros juicios personales a un lado para poder desarrollar nuestra vida de alguna manera sin estar continuamente alerta o condicionados.
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