Cuando era pequeña siempre me había preguntado como sería la filosofía, como se estudiaría, si sería interesante o no. Cuando escuchaba a los mayores hablar sobre El Mito de la Caverna o del famoso Aristóteles me parecía un mundo, algo que era tan complejo que jamás me iba a parecer interesante y que no me interesaría en ello.
Cuando fui creciendo la filosofía cada vez estaba más presente en mi vida, en libros, conversaciones, vídeos y aún así me parecía algo muy lejano, aparte de que mi hermano mayor, mi referente, siempre la había criticado, diciendo que era un rollo, que era más pesado que estudiar historia y que no la soportaba. Mi percepción de la filosofía cada vez caía más en picado, y cuando me enteré de que iba a tenerla durante un año mi curiosidad era muy grande, a la par de mi miedo a que fuera una clase insufrible.
Por suerte, para mi sorpresa, mi opinión hacia la filosofía dio un giro de 180º, me sorprendió la dinamicidad de la clase, las lecciones que aprendía dentro del aula y de que las clases no se me hacían muy largas, eso sin duda me gustó mucho, sobre todo porque la mayoría son antes del recreo... La filosofía es una manera de ver la vida y todo lo que ella conlleva, verla de una manera diferente, saber admirarla desde diferentes puntos de vista.
Al parecer tengo opiniones mucho más diferentes que mi hermano, la filosofía me ha dado opiniones sobre cosas que no entendía o que no sabía como opinar.
Para mi ha sido importante, ya que mi profesor ha sido consciente de como dar una clase entretenida, de como ayudar a motivarnos a estudiar, y aprender más sobre a vida y la historia de esta.
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